16 agosto 2007

Comunicado del Mes de Agosto de 2007

El FAU 591 con la tripulación del Primer vuelo de invierno de Uruguay a la Antártida, el 17 de agosto de 1999.


ASOCIACIÓN CIVIL ”ANTARKOS – Apoyamos a Uruguay en la Antártida”

1.”EXPEDICIÓN NACIONAL ANTÁRTICA” – 1901.-
El proyecto de enviar a las regiones australes una expedición inglesa de envergadura llevaba ya varios años de preparación; la Royal Society y la Royal Geographical Society se interesaron en el asunto. Luego de recaudar dinero el proyecto tuvo su nombre, “Expedición Nacional Antártica”. Se construyó un buque especial de madera tipo ballenero, el “DISCOVERY”, cuya elección posteriormente se encontró muy acertada. Al mando de la nueva empresa estuvo el Capitán Robert Falcon Scott, zarpando el 6 de agosto de 1901 rumbo a Nueva Zelanda, desde donde en la víspera de Nochebuena comenzaron la navegación hacia el Continente Blanco.

2. EL APOSTADERO DE MONTEVIDEO – 1776.-
Pasada la segunda mitad del siglo XVIII podemos apuntar un cambio valorativo respecto a las zonas “del lejano sur”, que estaban incluídas dentro de los territorios americanos bajo dominio del Imperio Español. El protagonismo político – económico que tomaron respondió a la ocupación británica de Malvinas, donde John Mac Bride había fundado Port Egmont en enero de 1766. La soberanía en peligro generó la alarma que resultó en la organización y envío de una expedición al mando del General de la Armada Juan Ignacio de Madariaga, con destino a forzar la evacuación de los ingleses, teniendo como consecuencia, además del éxito de la misión, la instrumentación, en los hechos, del Apostadero Naval del Atlántico Sur. El Apostadero de Montevideo, desde el 9 de agosto de 1776, fue base de defensa de la región, responsable de la vigilancia de las posesiones españolas, tuvo bajo su dependencia las Islas Malvinas y las desoladas tierras patagónicas, así como el pasaje del Atlántico al Pacífico. Cuando los establecimiento patagónicos se concretaron, Montevideo funcionó - en conexión con Buenos Aires y España – satisfaciendo las necesidades de víveres, medicamentos, herramientas de trabajo, armas, sacerdotes, médicos, soldados, etc. Posteriormente se observó la ventaja del puerto de Maldonado y la Real Compañía le convirtió por un lado en base de actividad pesquera y por otro en centro de aprovisionamiento, transporte, intercambio y comercio desde y hacia la costa patagónica y desde y hacia la península. Todas las actividades que se originaban en el Río de la Plata y que controlaba el Apostadero Naval en relación directa con la explotación de la fauna marina de los océanos Atlántico sur occidental y Antártico, derivaron en el descubrimiento físico de la Antártida.
De la conferencia brindada por la Lic. Cristina Montalbán, durante el 1er. Simposio sobre Actividades e Investigación Científica en la Antártida, organizado por el I.A.U., en octubre de 2004.

3. INVERNADA DE RICHARD BYRD - 1934.-
En la segunda expedición de Byrd (1933-1935), se emplearon los elementos auxiliares más modernos buscando los mejores resultados en los aspectos científicos, geográficos, climáticos. Este explorador pasó el invierno del año 1934 en Advance Base, una vivienda construída especialmente en latitud 80º8’ sur, a 200 km. de la base general Little America; residió allí durante siete meses de los cuales cuatro y medio lo hizo totalmente solo. El material era incombustible; paredes de 10 cm. de espesor de delgadas planchas de madera entre las que había kapok – fibra sedosa del árbol de ceiba – con el interior recubierto en lona también incombustible. Era espaciosa y contaba con todo lo necesario. El 28 de marzo de 1934, bajo una fuerte tormenta, Byrd despidió a los hombres del tractor que habían levantado Advance Base diciéndoles: “Pase lo que pase pensad que yo en esta caseta estoy en mejor situación de la que estaríais vosotros en el caso de una travesía antes de tiempo por la barrera de hielos. Os repito una vez más la orden de no venir hasta que haga un mes que el sol haya reaparecido”. Los compañeros de Byrd se volvieron a reunir con su jefe en el mes de agosto; cuando acudieron a la cita en Advance Base se encontraron con un hombre debilitado, al borde de la muerte por causa de los escapes de gas de la cocina sucedidos a principios de junio; una sombra que apenas podía mantenerse en pie. “Cuando el 10 de agosto volvimos a ver a Byrd, era éste sólo la sombra del hombre que se despidiera de nosotros; sin embargo, a pesar de su enflaquecimiento y de sus mejillas hundidas, nos invitó con un plato de sopa caliente en el tono de quien nos hubiese saludado la víspera”. Años después, Byrd publicó un libro titulado “ALONE”:”Una parte de mi mismo se quedó para siempre en el grado 80 de latitud sur. Allí dejé la juventud, la vanidad, la incredulidad. En cambio me llevé de allí algo que antes no había poseído: el aprecio por la vida y por sus valores humildes. Todo esto ocurrió hace cuatro años. El caos del mundo no ha podido hacer variar en mí esa nueva manera de sentir y de pensar. Ahora vivo sencillamente, disfrutando de la paz del alma…El hombre sólo se vuelve sabio cuando se da cuenta que no es irremplazable”.
Narraciones de 1 y 3 tomadas del libro “Paralelo 62º”, por la Lic. Ana María De Salvo.

4. EL PRIMER VUELO EN INVIERNO – 1999.-
Por el Cnel.(Av) Miguel A.Dobrich.
Hace ocho años, por estas fechas, estábamos reunidos en Operaciones del Escuadrón Aereo Nº 3 (Transporte) planificando la primera operación que realizaría la Fuerza Aérea Uruguaya en la Antártida durante los meses de invierno. Esta operación se había planteado como un desafío para las tripulaciones que operaban los C-130 B y realmente no todos los Comandantes que los operaban estaban seguros de que esto fuera posible con el modelo de C-130 que poseíamos.
Es cierto que para algunas condiciones que se nos podían presentar, el avión estaba fuera de las gráficas de operación segura y de ahí las dudas. De todas maneras luego de cambiar ideas y de recibir las siempre valiosas colaboraciones de operadores de Fuerzas Aéreas amigas, se decidió realizar el vuelo. Los inconvenientes que se nos presentaron en comparación con las dificultades que tuvieron que enfrentar aquellas primeras tripulaciones pioneras, las cuales se expusieron a grandes riesgos a bordo de aeronaves que no estaban diseñadas para esas tareas, no eran tan importantes.
Tuve la fortuna y el honor de haber sido designado como piloto al mando de este primer vuelo, que además, operó bajo órdenes del Sr. Tte. Gral. (Av.) José Pedro Malaquín, Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea Uruguaya. El 16 de agosto de 1999 decoló el C-130 matrícula FAU 591, con destino a la ciudad de Punta Arenas (Chile) tripulado por el Piloto Comandante Tte. Gral. José Pedro Malaquín, el Piloto Principal Tte. Cnel. Miguel A. Dobrich, los Pilotos Tte. Cnel. Pablo Tarabal y Tte. 1º Fernando Bideau, los Navegantes Tte. 1º Ramiro Pose y Tte. 1º Daniel Sánchez, los Ingenieros de vuelo Inst. At. Raul Parapar y Richard Chaure, los Supervisores de carga aérea Inst. At. Ricardo Agüero y Cbo. 2º Ernesto García, el Mecánico de vuelo At. 1º Neil Ganicoche y los tripulantes extras Cnel. (Av) Washington Odella, Tte. Cnel. Alvaro González, Tte. Cnel (Av) Darwin Sota, Cap. Hugo Moreira, Cap. G. Rodriguez y el Alf. (SA) Dr. Joaquín Suárez.
Ese día pernoctamos en Punta Arenas y al día siguiente, 17 de agosto, a las 7 de la mañana (noche cerrada), nos dirigimos nuevamente al aeropuerto Carlos Ibáñez para recaudar la información meteorológica y de pista en la Antártida, con el objetivo de realizar el primer cruce. En esta altura del año el sol sale a las 10 hs y se oculta a las 16 hs. lo que constituía un obstáculo más para realizar el cruce ya que éste se realizaría únicamente durante las horas de sol. El clima nos fue favorable y aunque el viento se encontraba algo fuerte en el aeropuerto Marsch, (en la Isla Rey Jorge o 25 de Mayo) decidimos intentar a las 8 de la mañana el primer cruce. A las 10:15 el C- 130 posó sus ruedas sobre la pista antártica. El día, a pesar del intenso frío, estaba espectacular. Algunas nubes bajas nos obligaron a realizar una aproximación instrumental VOR – DME para la pista 29, sobrevolando, antes de aterrizar, la base rusa Bellinghausen y la base chilena Villa Las Estrellas.
Hasta el momento de tocar pista, la forma de operar el avión no había tenido gran diferencia a una operación normal, pero luego de aplicar los frenos aerodinámicos el control direccional del avión resultó absolutamente diferente, parecía que estábamos patinando o efectivamente estábamos patinando. Absolutamente perdido el control de la dirección comenzamos a operar la aeronave para poder controlar la dirección y realizar así una detención segura.
Esta fecha, el 17 de agosto, tiene dos grandes significados para mi. Primero porque es la fecha en que la Fuerza Aérea Uruguaya realizó su primer aterrizaje en la Antártida durante la estación de invierno, pero cobra mayor importancia porque este día cumplía años mi padre, hoy fallecido.

5. URUGUAY EN LA C.C.R.V.M.A. – 1996.-
Nuestro país había adherido a la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos. El 26 de agosto de 1996, durante la reunión anual en la sede de Hobart (Tasmania), Uruguay fue aceptado como Miembro Contratante con voz y voto. Esto le habilitó a la explotación de una cuota de pesca de merluza negra, notothenias, pez hielo, krill, calamar y otros peces, en la zona austral bajo el control de la Comisión.

6. FUNDACIÓN DEL ORGANISMO OFICIAL “INSTITUTO ANTÁRTICO URUGUAYO – 1975.-
El artículo 103 de la ley 14.416 del 28 de agosto de 1975 cometió al Ministerio de Defensa Nacional la integración y funcionamiento del Instituto que tendría como objetivo formular, efectuar investigaciones y exploraciones científicas, tecnológicas y de servicio en la Antártida, al sur del paralelo de 60º de latitud sur. Queda delimitado el ámbito de competencia del Instituto a: -“contribuir a desarrollar el interés del país por la Antártida”; -“constituir grupos de trabajo científico con científicos, investigadores, técnicos y especialistas de entidades públicas o privadas altamente calificados”; -“constituir grupos de trabajo por disciplinas, con uno o más miembros de entidades públicas o privadas”; -“coordinar la participación del país en las actividades científicas que se desarrollen en el continente antártico”. El I.A.U. está dirigido por un Consejo Directivo integrado por dos delegados de Ejército, Armada y Fuerza Aérea; un delegado de los Ministerios de Relaciones Exteriores y de Educación y Cultura. La Presidencia del Consejo Directivo la desempeña durante dos años un Oficial General o Almirante, delegado de su Fuerza.

7. ASOCIACIÓN CIVIL “ANTARKOS – Apoyamos a Uruguay en la Antártida” – 2000.-
El 28 de agosto de 2000 el Ministerio de Educación y Cultura otorgó la personería jurídica 8439 a la Asociación Civil “ANTARKOS – Apoyamos a Uruguay en la Antártida”, que había sido fundada diez meses antes.

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